PUEBLA
La ciudad de Puebla es una ciudad histórica, industrial, y educativa que cuenta con 2 millones de personas de en su zona metropolitana. Ubicada en un valle cerca de cuatro volcanes. La ciudad es conocida por sus sitios histricos, cocina poblana y Talavera. A la gente de Puebla se les llama Poblanos y el idioma es el español. La temperatura en Puebla es cálida, templada todo el año y la gente es relajada y amistosa.
ESTADO DE PUEBLA
Una leyenda cuenta que, al terminar la construcción de la catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, en el corazón de la ciudad de Puebla, surgió la pregunta de cómo habría de subirse una campana de 8 mil kilos a sus encumbradas torres (las más altas de América Latina). La pregunta quitó el sueño durante varios días a ingenieros y albañiles. Parecía algo imposible de realizar.
Sin embargo, una mañana, los habitantes de Puebla se despertaron con la noticia de que la campana estaba ya en la torre, repicando alegremente. “Pero, ¿quién la subió y cómo?”, se preguntaron. Y ya que parecía un milagro, nadie dudó en atribuirlo a los ángeles, quienes seguramente habían bajado a colocar la campana, la cual descansa ahí desde entonces.
Esta leyenda es responsable de que a esta hermosa ciudad se le conozca como Puebla de los Ángeles. Sin embargo, hay muchos motivos más para asegurar que se trata de un destino celestial: sus calles, su horizonte y, particularmente, sus sabores. Enclavada en el centro de México y bajo la imponente presencia de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, Puebla abre sus puertas y presume a los visitantes sus títulos: heroica por haber sido sede del triunfo de las tropas mexicanas sobre las francesas en 1862 (en la Batalla de Puebla), y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1987.
Lo que más llena de orgullo a los poblanos es su gastronomía, una de las más emblemáticas y deliciosas del país. Capital mundial del mole, de los chiles en nogada y las chalupas, Puebla te da una probadita del paraíso con postres que sólo pueden ser atribuidos a la creatividad angelical: los camotes, las tortitas de Santa Clara y los jamoncillos de nuez y piñón encabezan una larga lista que bien podría acompañarse con caritas regordetas de querubines.
Puebla es una de las ciudades más antiguas del México. Su traza, también atribuida a los ángeles, data de 1532. Su buen clima y ubicación estratégica la convirtieron muy pronto en la segunda ciudad más importante del México colonial. En su ruta hacia la ciudad de México, las embarcaciones de mercancías procedentes de Filipinas pasaban primero por Puebla, la cual poco a poco asimiló algunas expresiones artísticas de Oriente. Así lo reflejan los preciosos jarrones y las vajillas de talavera, así como los azulejos que adornan fachadas de iglesias y casonas, fuentes, patios y cocinas. Otro ejemplo de esta influencia cultural es la leyenda de la “China Poblana”, una princesa de la India que llegó como esclava en el Galeón de Manila y quien diseñó para sí una hermosa vestimenta bordada con lentejuelas. Hoy día, éste es el traje típico de Puebla.
Si una palabra define Puebla, ésta es “barroca”. Complejos sabores que seducen el paladar, formas elaboradas que atrapan la mirada, una irresistible mezcla de leyendas e historias, vericuetos de calles, fuentes, jardines, mercados de artesanías y callejones artísticos y un horizonte cuajado de cúpulas de iglesias. Por eso no es disparatado pensar que Puebla es donde viven los ángeles.
Actualmente, el estado de Puebla cuenta con siete Pueblos Mágicos que complementará tu visita a la capital con un toque de tranquilidad, sabores típicos y tradiciones únicas. Aúntalos en tu itinerario: Cuetzalan, Zacatlán de las Manzanas, Pahuatlán, Chignahuapan, Tlatlauquitepec, Cholula y Xicotepec de Juárez.
Sin embargo, una mañana, los habitantes de Puebla se despertaron con la noticia de que la campana estaba ya en la torre, repicando alegremente. “Pero, ¿quién la subió y cómo?”, se preguntaron. Y ya que parecía un milagro, nadie dudó en atribuirlo a los ángeles, quienes seguramente habían bajado a colocar la campana, la cual descansa ahí desde entonces.
Esta leyenda es responsable de que a esta hermosa ciudad se le conozca como Puebla de los Ángeles. Sin embargo, hay muchos motivos más para asegurar que se trata de un destino celestial: sus calles, su horizonte y, particularmente, sus sabores. Enclavada en el centro de México y bajo la imponente presencia de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, Puebla abre sus puertas y presume a los visitantes sus títulos: heroica por haber sido sede del triunfo de las tropas mexicanas sobre las francesas en 1862 (en la Batalla de Puebla), y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1987.
Lo que más llena de orgullo a los poblanos es su gastronomía, una de las más emblemáticas y deliciosas del país. Capital mundial del mole, de los chiles en nogada y las chalupas, Puebla te da una probadita del paraíso con postres que sólo pueden ser atribuidos a la creatividad angelical: los camotes, las tortitas de Santa Clara y los jamoncillos de nuez y piñón encabezan una larga lista que bien podría acompañarse con caritas regordetas de querubines.
Puebla es una de las ciudades más antiguas del México. Su traza, también atribuida a los ángeles, data de 1532. Su buen clima y ubicación estratégica la convirtieron muy pronto en la segunda ciudad más importante del México colonial. En su ruta hacia la ciudad de México, las embarcaciones de mercancías procedentes de Filipinas pasaban primero por Puebla, la cual poco a poco asimiló algunas expresiones artísticas de Oriente. Así lo reflejan los preciosos jarrones y las vajillas de talavera, así como los azulejos que adornan fachadas de iglesias y casonas, fuentes, patios y cocinas. Otro ejemplo de esta influencia cultural es la leyenda de la “China Poblana”, una princesa de la India que llegó como esclava en el Galeón de Manila y quien diseñó para sí una hermosa vestimenta bordada con lentejuelas. Hoy día, éste es el traje típico de Puebla.
¡Puebla, Vívelo Para Creerlo!
Si una palabra define Puebla, ésta es “barroca”. Complejos sabores que seducen el paladar, formas elaboradas que atrapan la mirada, una irresistible mezcla de leyendas e historias, vericuetos de calles, fuentes, jardines, mercados de artesanías y callejones artísticos y un horizonte cuajado de cúpulas de iglesias. Por eso no es disparatado pensar que Puebla es donde viven los ángeles.
Actualmente, el estado de Puebla cuenta con siete Pueblos Mágicos que complementará tu visita a la capital con un toque de tranquilidad, sabores típicos y tradiciones únicas. Aúntalos en tu itinerario: Cuetzalan, Zacatlán de las Manzanas, Pahuatlán, Chignahuapan, Tlatlauquitepec, Cholula y Xicotepec de Juárez.
Puebla es una de las 32 entidades federativas de México. Se localiza en el centro oriente del territorio mexicano. Colinda al este con el estado de Veracruz, al poniente con los estados de Hidalgo, México, Tlaxcala y Morelos y al sur con los estados de Oaxaca y Guerrero. Puebla no tiene salida al mar y presenta un relieve sumamente accidentado. Su superficie es de 34.306 km², en la cual viven más de cinco millones de personas, que convierten a este estado en el quinto más poblado del país. La capital del estado es Puebla de Zaragoza, la cuarta ciudad mexicana por el número de sus habitantes.
El estado de Puebla ha sido de gran importancia en la historia de México. Dentro de él se han hallado los restos más antiguos del cultivo de maíz y camotes en la región de Tehuacán; fue el escenario de ciudades prehispánicas tan importantes como Cantona y Cholula. Durante la época virreinal, la ciudad de Puebla llegó a ser la segunda ciudad en importancia de la Nueva España, gracias a su ubicación estratégica entre la Ciudad de México y el puerto de Veracruz.
Lema: "Unidos en el Tiempo, en el Esfuerzo, en la Justicia y en la Esperanza"
ESCUDO BANDERA
HIMNO DE PUEBLA
ENLACES:
STATE OF PUEBLA
Legend has it that, upon completion of the construction of the Cathedral of Our Lady of the Immaculate Conception, in the heart of the city of Puebla, the question of how would climb a bell of 8,000 kilos to their lofty towers emerged (the most highest in Latin America). The question lost sleep for several days engineers and masons. It seemed impossible.
However, one morning, the people of Puebla awoke to the news that the bell was in the tower, ringing merrily. "But who's up and how?" They asked. And as it seemed a miracle, no one hesitated to attribute it to the angels, who had probably fallen to place the bell, which rests there since.
This legend is responsible for this beautiful city to be known as Puebla de los Angeles. However, there are many more reasons to ensure that it is a heavenly destination: its streets, its horizon and, particularly, its flavors. Nestled in the heart of Mexico and under the imposing presence of the Popocatepetl and Iztaccihuatl volcanoes, Puebla opens its doors and show off to visitors their titles: heroic for having hosted the victory of Mexican troops over the French in 1862 (at the Battle Puebla) and World Heritage Site by UNESCO since 1987.
What proudest is the poblano cuisine, one of the most emblematic and delicious country. world capital of mole, the chiles in walnut sauce and sloops, Puebla gives you a taste of paradise with desserts that can only be attributed to the angelic creativity: sweet potatoes, pancakes Santa Clara and jamoncillos nut and pinion head a long list that could well be accompanied with chubby faces of cherubs.
¡Puebla, Vívelo Para Creerlo!
Puebla is one of the oldest cities in Mexico. Its plan, also attributed to the angels, dates from 1532. Its good climate and strategic location soon converted the second most important city of colonial Mexico. En route to Mexico City, craft goods from the Philippines passed first by Puebla, which gradually absorbed some artistic expressions of the East. This is reflected in the precious vases and tableware talavera and tiles adorning the facades of churches and mansions, fountains, patios and kitchens. Another example of this cultural influence is the legend of the "China Poblana" an Indian princess who came as a slave in the Manila Galleon and who designed for himself a beautiful dress embroidered with sequins. Today, this is the typical costume of Puebla.
If one word defines Puebla, this is "baroque". Complex flavors that seduce the palate elaborate shapes that catch the eye, an irresistible mix of legends and stories, twists and turns of streets, fountains, gardens, craft markets and art streets and a skyline studded with domes of churches. So it is not unreasonable to think that Puebla is where the angels live.
Currently, the state of Puebla has seven Magic Towns that will complement your visit to the capital with a touch of tranquility, typical flavors and unique traditions. Aúntalos on your itinerary: Cuetzalan, Zacatlán of Apples, Pahuatlán, Chignahuapan, Tlatlauquitepec, Cholula and Xicotepec Juarez.
Puebla is one of the 32 states of Mexico. It is located in the central-eastern Mexico. Bordered on the east by the state of Veracruz, to the west with the states of Hidalgo, Mexico, Tlaxcala and Morelos and the south with the states of Oaxaca and Guerrero. Puebla is landlocked and has an extremely rugged terrain. Its area is 34,306 square kilometers, in which more than five million people, which makes this state the fifth most populous country live. The state capital is Puebla de Zaragoza, the fourth Mexican city by the number of its inhabitants.
The state of Puebla has been of great importance in the history of Mexico. Inside it they were found the oldest remains of maize and sweet potatoes in the Tehuacan region; It was the scene of important prehispanic cities as Cantona and Cholula. During the colonial era, the city of Puebla became the second city of the New Spain, thanks to its strategic location between Mexico City and the port of Veracruz.
HISTORIA DE PUEBLA
Puebla en la época prehispánica
Puebla de Zaragoza, situada a la porción central y media del valle poblano sobre 2 mil 200 metros de altitud, es el centro de una de las regiones de clima cálido, templado, con asentamientos humanos muy antiguos en los que hoy es el territorio mexicano. El área donde se encuentra la ciudad posee diferentes eminencias topográficas que la limitan en tres de cuatro extremos.
El valle de Tehuacán, que se caracteriza por ser una región seca y con pocos recursos para la supervivencia humana, fue en los más antiguos tiempos de la ocupación humana en Puebla uno de los sitios más importantes. Durante la etapa lítica, que comienza con la llegada del hombre a México (alrededor del año 30000 a. C.) y concluye hacia el 7000 a. C., con los primeros indicios de agricultura, el valle de Tehuacán fue el escenario del desarrollo de un grupo humano que con el tiempo habría de convertirse en uno de los primeros cultivadores del maíz en Mesoamérica. Los indicios más antiguos de la presencia humana en Puebla provienen de El Riego, fechados con carbono 14 en el año 20000 a. C. Los ocupantes de El Riego empleaban una tecnología lítica muy simple, en la que la falta de puntas de proyectil es característica. Las herramientas estaban orientadas a la actividad recolectora y el procesamiento de vegetales, así como el aprovechamiento de pequeñas especies animales.
Durante el período Preclásico Temprano, el valle de Tehuacán también fue uno de los escenarios donde primero se desarrolló la cerámica mesoamericana. La cerámica es tomada por los arqueólogos que estudian Mesoamérica como un rasgo definitorio de la vida sedentaria. Quizá el más antiguo de todos los asentamientos humanos en México es Ajalpan, también en el valle de Tehuacán, donde se ha encontrado una estructura circular de piedra, fechada en el año 3000 a. C. En este sitio también se descubrieron restos de tecomates (recipientes de barro con forma casi esférica) que han sido fechados en el año 2300 a. C., unos ciento cincuenta años más tarde que la primera cerámica de Puerto Marqués, en la costa de Guerrero. Hacia el final de esta primera parte del Preclásico, Tehuacán pasaría a convertirse en una región periférica del área Centro de México. En lo que hoy es el territorio poblano, el valle de Puebla-Tlaxcala se convirtió entonces en una región de suma importancia, siempre ligada con las grandes ciudades del valle de México.
Hacia el siglo XII a. C., en el valle de Puebla surgió un complejo de poblaciones agrícolas que estaban integradas en una amplia red de intercambio comercial dominada por los olmecas. Entre estas estaban Amalucan, Totimehuacan, Las Bocas y Cholula. Esta última se habría de convertir con el tiempo en la protagonista de la historia precolombina de la cuenca alta del Río Atoyac. Durante el período Clásico fue una importante aliada de Teotihuacan, y al declive de ésta, Cholula vivió una de sus épocas de mayor apogeo. Competía por aquel tiempo con Cantona, una ciudad localizada en el valle de Oriental. Mientras tanto, en el sur, Acatlán se convertía en uno de los centros más importantes de la cultura Ñuiñe, dedicado al comercio de la cochinilla y otros productos de la Mixteca Baja. Cerca del siglo VII, en la sierra Norte de Puebla floreció Yohualichán, una ciudad relacionada con la cultura totonaca de El Tajín, a la que su arquitectura imita.
Durante este nuevo período de ocupación humana, Cholula se convirtió nuevamente en una de las ciudades más importantes de Mesoamérica. Por ello, recibió el nombre de Tollan-Chollollan, que la elevaba al mismo rango que tuvieron la Tula histórica y Teotihuacan. Según algunas interpretaciones del códice Nuttall, Cholula pudo ser la gran aliada nahua del señor Ocho Venado, el señor mixteco que en el siglo XI emprendió una campaña de conquistas en el Mixtecapan. Aunque no fue independiente de los grandes centros de poder del valle de México, Cholula ocupó un papel muy importante en la política del período Posclásico de Mesoamérica. Fue una aliada importante de los mexicas en el valle de Puebla-Tlaxcala, lo mismo que Huejotzingo. Por ello, cuando los españoles llegaron a México, Cholula fue el escenario de una masacre perpetrada por los recién llegados y sus aliados tlaxcaltecas y zempoaltecas.
CONQUISTA
Los españoles llegaron a las costas del Golfo de México en 1519. La condición de sometimiento de varios pueblos indígenas de Mesoamérica al poder del Estado mexica propició el establecimiento de varias alianzas entre los recién llegados y los nativos. Los totonacas de Cempoala (actualmente en Veracruz) fueron uno de los primeros pueblos en aliarse a los españoles, viendo en ellos una posibilidad de liberarse del dominio de la Triple Alianza. A partir de ahí, los españoles penetraron hacia el Altiplano a través de la Sierra Norte de Puebla, siendo los primeros europeos que la cruzaron, haciendo paradas en Zautla e Ixtacamaxtitlán, para llegar al valle de Puebla-Tlaxcala, donde los tlaxcaltecas usaron a los otomíes de Tecóac como una primera línea de defensa. Viendo que los otomíes fueron incapaces de detener el avance de los españoles y sus aliados de la costa norte del Golfo, los gobernantes de la República de Tlaxcala decidieron aliarse a los recién llegados, también como un medio de deshacerse del yugo mexica.
El 18 de octubre, los españoles y sus aliados indígenas atacaron la ciudad de Cholula. Los tlaxcaltecas pretextaban que esta intervención fue en respuesta al asesinato de un enviado suyo a la ciudad, para pedirles que se unieran a ellos y a los españoles. Sin embargo, las versiones recogidas por otros textos de autoría no tlaxcalteca apuntan a que fueron éstos los que azuzaron a los españoles contra Cholula y Huejotzinco, a los que consideraban aliados de los tenochcas y por tanto, enemigos de los tlaxcaltecas.
Los españoles avanzaron por el valle Poblano-Tlaxcalteca con rumbo al poniente por la región de Huexotzinco, de donde llegaron al punto que se conoce en la actualidad como Paso de Cortés, en la Sierra Nevada. De ahí siguieron México-Tenochtitlan, de donde fueron expulsados por Cuitláhuac el 30 de junio de 1520. Ayudados por los indígenas, los invasores se refugiaron en Tlaxcala desde donde atacaron algunas poblaciones con presencia mexica o aliadas a Tenochtitlan, entre ellas Huexotzinco, Tepeaca, Itzocan y Cuauhquechollan. En Tepeaca, Cortés estableció una población española, y el poblado indígena tomó el nombre de "Segura de la Frontera" en 1520. Posteriormente, los habitantes de estos pueblos terminarían por aliarse a los españoles en la campaña final contra los mexicas y en otras campañas de conquista. Por ejemplo, la gente de Cuauhquechollan acompañó a Pedro de Alvarado en su travesía a Guatemala.
VIRREINATO
De modo alterno a la conquista militar española, en Nueva España se realizó una activa cristianización de los pueblos nativos. De hecho, una de las razones que sirvieron para justificar la ocupación española de América fue la expansión de la religión cristiana entre los nativos. En el territorio de Puebla penetraron primero los franciscanos, que acompañaron a los expedicionarios españoles en Nueva España durante los primeros años después de la caída de Tenochtitlan. Los franciscanos construyeron establecimientos conventuales especialmente en el centro de la provincia de Puebla, en poblaciones como Tecamachalco, Tepeaca, Tecali, Quecholac, Cholula, Huaquechula, Zacatlán.
Después de consumada la conquista española de México-Tenochtitlan, en el territorio de Puebla tuvo lugar el repartimiento de dominios para los españoles y la asignación de encomiendas de indios a quienes participaron en la Conquista. Pero dados los privilegios que se concedieron a Tlaxcala, las poblaciones de la región del valle Poblano-Tlaxcalteca fueron protegidas por un estatuto especial de autogobierno indígena, por lo menos nominal. De acuerdo con lo convenido, las poblaciones tlaxcaltecas quedaron libres, y se pusieron restricciones al establecimiento de españoles en esas regiones, aunque ello no impidió que de hecho hubiese españoles que acosaran a los tlaxcaltecas obligándolos a trabajar para los conquistadores. Ante la situación de las relaciones tensas entre españoles e indígenas que privaba en el valle, la Segunda Audiencia de la Nueva España concedió el permiso para poblar la región de Tlaxcala con españoles. La nueva población española, fundada como Puebla de los Ángeles el 16 de abril de 1531. En 1531, se estableció en una región que, de acuerdo con la leyenda, fue señalado por los ángeles a Julián Garcés, obispo de Tlaxcala. Sin embargo, es posible que fueran los franciscanos de Tlaxcala, entre ellos Toribio de Benavente —conocido como Motolinía, que en náhuatl quiere decir El que se aflige— los que eligieron el sitio donde se levantó la nueva población española.
La posición estratégica de Puebla entre el valle de México y la costa del golfo de México jugó un papel importante en el desarrollo de la historia virreinal poblana. La ciudad de Puebla se convirtió en paso obligado del comercio entre la capital novohispana y el puerto de Veracruz; este último era el punto por el que se realizaba el mayor tráfico comercial entre la Nueva España y su metrópoli. De acuerdo con los reportes enviados por el oidor especial, Juan Salmerón, la nueva población estaba prosperando rápidamente, atrayendo también pobladores indígenas y a una buena parte de los recién llegados al virreinato. El éxito de Puebla implicó enfrentamientos con los encomenderos, que veían amenazados futuros repartimientos de tierras y mano de obra indígena. El éxito de la población fue argumento para solicitar al rey de España la abolición de alcabalas, la creación de una encomienda municipal con el pueblo de Totimehuacan, el traslado del obispado de Tlaxcala a Puebla y la creación de una audiencia provincial. Sin embargo, una inundación acabó con la primera fundación de Puebla a orillas del río San Francisco, por lo que se hizo necesario trasladarla a otro sitio más seguro. El traslado de la población no la privó de los privilegios que había obtenido —como la prestación de trabajo por parte de los indígenas del valle de Puebla-Tlaxcala—. En 1532 fue expedida la cédula que elevaba a Puebla a la categoría de ciudad, aunque el documento llegó a la Angelópolis hasta 1533, quizá retenido por las autoridades virreinales en la capital. En ese año la Audiencia nombró un corregidor para Puebla, Tlaxcala y Cholula que sesionaría con un cabildo propio. En julio de 1533, el cabildo de México presentó una queja contra la ciudad de Puebla ante el Consejo de Indias, argumentando que Puebla explotaba a los aliados españoles en la conquista de México —los tlaxcaltecas— y privaba a la capital de los tributos que le debían rendir los indígenas de la región. La demanda exigía concluir con los privilegios para Puebla, lo que ocurrió un año más tarde.
Movimiento Popular Poblano (1962-1981)
1963: Luchas de los vendedores ambulantes y las movilizaciones en contra del alza a las tarifas.
1966: Movilización de ciudadanos por la vivienda.
1968: Movimiento estudiantil.
1970: Movilizaciones en contra de la carestía en la vida, lucha de los trabajadores ferrocarrileros, lucha de los trabajadores de Volkswagen, lucha de trabajadores del magisterio , lucha de campesinos por la tierra y la lucha de los universitarios.
1971: Continúan las luchas de 1970, excepto a lucha de los universitarios.
1972: Movilizaciones del sindicato de Volkswagen, movilizaciones de los vendedores ambulantes, movimiento universitario, movimiento popular y luchas de electricistas, así como de ferrocarrileros, además de la lucha del Consejo Universitario.
1973: Lucha intensa de los vendedores, invasiones de tierra y la lucha universitaria.
1974: Lucha de ciudadanos por la vivienda, lucha por parte de los electricistas, huelgas obreras en la industria textil organizadas por la "FROC-CROC" y la huelga organizada por la CTM.
1975: Elección del rector de la "UAP", presentación del Programa de Reforma Universitaria y Movimiento de los vendedores en la "28 de Octubre".
1976: Movimiento de los choferes de Autobuses Unidos, Movimientos de vendedores y ferrocarrileros, huelga de académicos de la Universidad de las Américas y la derrota de la tendencia democrática por los electricistas.
1977: Movimiento de los trabajadores de los Transportes Estrella de Oro, huelga de trabajadores del hospital Tamariz y Haro.
1979: Huelga de los telefonistas.
1981: Movimiento magisterial, Movimiento de los obreros de "Z" y la elección del rector de la UAP, además de la división de la izquierda universitaria
GEOGRAFÍA
Puebla ocupa la 21ª posición entre las 32 entidades federativas mexicanas por su superficie de 34.251 kilómetros cuadrados. Limita al norte con el estado de Hidalgo; al este, con el estado de Veracruz; al sur, con Oaxaca y Guerrero; y al poniente con los estados de Morelos, México, Tlaxcala e Hidalgo. No tiene salida al mar, aunque hasta antes de 1849, cuando fue creado el estado de Guerrero, poseía una salida al Océano Pacífico, y también tuvo el control del partido de Tuxpan, que pasó a ser parte del estado de Veracruz. La mayor parte del territorio poblano se encuentra en el Eje Neovolcánico Transversal. El clima es distinto entre regiones, y va del frío de las altas montañas al cálido semidesierto de la Mixteca.
RELIEVE
El límite poniente del valle de Puebla es la Sierra Nevada, formada esencialmente por los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Alcanza alturas superiores a 5.000 msnm. Las cumbres de estos volcanes ocupan el segundo y tercer puestos por su elevación a nivel nacional, y normalmente estaban cubiertas de nieve durante todo el año. El Popocatépetl es un volcán activo al que se le ha calculado una edad de 23 mil años, y se ha convertido en uno de los más vigilados del mundo luego del aumento en su actividad volcánica. La Sierra Nevada señala el límite poniente del valle Poblano-Tlaxcalteca y la frontera entre Puebla y los estados de México y Morelos.
Al norte de la Sierra Negra y el valle de Ciudad Serdan se eleva el Pico de Orizaba, el punto más alto de México y límite entre Puebla y Veracruz, cubierto por nieves perpetuas amenazadas por el cambio climático. Al poniente al Citlaltépetl se encuentra el volcán Sierra Negra. El declive poniente de la Sierra Negra y el Citlaltépetl forman los Llanos de San Andrés (2.500 msnm) que descienden progresivamente hacia el poniente hasta el valle de Tepeaca y los Llanos de San Juan. Éstos constituyen la zona de transición entre el Eje Neovolcánico y la sección meridional de la Sierra Madre Oriental, que en Puebla toma el nombre de Sierra Norte de Puebla. Ocupa el norte de Puebla, en un espacio de cien kilómetros por cincuenta. La Sierra Norte se extiende hacia el territorio de Hidalgo y Tlaxcala; al tiempo que separa las mesetas del centro de Puebla y la Llanura Costera del Golfo. A esta última región natural corresponde una pequeña porción del extremo norte y noreste del territorio poblano.
CLIMA
Los climas dominantes en el territorio poblano son los climas templados, con diversos grados de humedad. La tercera parte del territorio posee un clima templado subhúmedo con lluvias en verano. Esta porción corresponde a la región del centro del estado, donde se encuentran los valles de Puebla-Tlaxcala y Atlixco, la vertiente meridional de la Sierra Norte de Puebla y la vertiente occidenal de la Sierra Negra de Tehuacán. La falta de lluvias en estas regiones se explica en parte por la presencia de las altas montañas en el oriente del estado, que impiden el paso de las nubes cargadas de humedad provenientes del Golfo de México.
Otro 39% corresponde a los climas cálidos. Estos corresponden a las regiones de la Mixteca Poblana y la vertiente oriental de las sierras Norte y de Tehuacán, así como la región de la Sierra de Quimixtlán, en el centro oriente del estado. Las temperaturas cálidas se deben a una menor altitud en comparación con ámbitos geográficos como el valle de Puebla. Por poner un ejemplo, en la Mixteca las cumbres de los cerros rara vez rebasan los 2.000 msnm, en tanto que el valle de Puebla tiene una altitud de 2.160 msnm. Una situación distinta es la de las vertientes orientales del estado.
Poco más del 18% de la superficie de Puebla posee algún tipo de climas secos o semisecos. Se trata principalmente de la parte sur del valle de Tehuacán y los Llanos de San Juan y de San Andrés, localizados tras las altas montañas del oriente del estado. Otra región con este tipo de clima se encuentra en el sur de la Mixteca, en el límite con Oaxaca y Guerrero. Las temperaturas en estas regiones oscilan entre los 16 °C y 22 °C. La pluviosidad es relativamente más escasa que en el resto del estado. En Oriental (Llanos de San Juan), las lluvias en promedio no rebasan los 500 mm anuales, mientras que en Ciudad Serdán rondan los 400 mm.
FLORA Y FAUNA
Flora: maguey, árboles frutales (ciruelo, chabacano, chirimoya, durazno, guayaba, higo, lima, limón, manzana, naranjo, nogal, pera, perón tejocote), uva y xoconostle.
Fauna doméstica: Ganado vacuno, ovino, caprino, porcino, asnal, caballar, aves de corral, perros y gatos.
Fauna silvestre: ardillas, armadillos, cacomiztle, conejo, coyote, liebre, murciélago, onza, rata casera y de campo, ratón, tejón, tlacuache, tuza, zorra, zorrillo, lechuza, lagartija, víbora de cascabel, cenzontle y zopilote.
Se estima que el estado posee unas 900 especies endémicas La mayor parte de éstas se pueden encontrar en la reserva de la biósfera Tehuacán-Cuicatlán y en Zapotitlán Salinas. "Cultivos como el mezquite, garambullo, neem y la quiotilla, así como algunos tipos de cactáceas y la biznaga son especies originarias con un gran valor, lo que significa un área de oportunidad para su producción y comercialización." De todas estas especies destacan algunas vegetales por sus diversas propiedades medicinales y alimenticias, entre ellas están:
Mezquite (Prosopis laevigata). Útil para alimentos y bebidas fermentadas. Tiene acción antibacterial contra Sthaphylococcus aerus y Scherichia coli. Útil también para tratar algunas enfermedades de los ojos.
Garambullo (Myirtillocactus geometrizans). Posee un alto contenido de fibra, auxiliar en el tratamiento de diabetes y enfermedades renales, además, su pigmento puede utilizarse como colorante.
Neem (Azadirachta indica). Útil para aceites y suplementos alimenticios, rico en hidratos de carbono y unas 10 variedades de aminoácidos, calcio y otros minerales. Sirve también como anticéptico, antifebriles, antiflamatorios, antivirales y fungicida.
Quiotilla (Escontria chiotilla). Rico en vitaminas A, B, Ba, minerales y proteínas. También posee propiedades antioxidantes.
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